Ante la negativa del mendigo a pagar tal suma, el cocinero le llevó ante Yoha, el juez, a quien expusieron los hechos:
-Ese hombre -dijo el cocinero-, se pasa el día disfrutando del olor de mis asados y se niega a pagar por ello.
-¿Y cuánto dinero pides? -preguntó Yoha.
-Un dinar por día -contestó el cocinero.
Entonces Yoha sacó una moneda de dinar de su bolsillo, la tiró al suelo y preguntó al cocinero:
-¿Has oído caer la moneda?
- Sí, señoría -contestó el cocinero.
-Pues considérate pagado -dijo Yoha.
Raghida Abillamaa
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