Roberta Scalabrini, ama de casa, cuarenta y tantos, empuja su carro
por los pasillos iluminados del hipermercado mientras repasa mentalmente la lista de la compra, que olvidó en la mesita del recibidor.
A saber:
un paquete de café, dos de arroz, lentejas a granel, zumo de banana, harina de maíz, concentrado de carne, aceite de girasol, leche desnatada,
salsa de tomate, queso parmesano, dos piezas de salami, seis tarrinas de
yogur con sabor a fresa, sal yodada, fertilizante líquido para las aspidistras
del balcón, alpiste para los canarios, paté de carne para el gato, dulces de
crema para Renzo, una libreta de hojas cuadriculadas para Sofia, bebidas
energéticas para Cosimo, unas zapatillas nuevas para Angelo, dos cajas
de cerveza holandesa para su marido, una botella de raticida para ella
misma, que tiene planeado ingerir esta tarde de un solo trago, antes de
que los niños regresen del colegio.
Manuel Moyano
Fuente: http://bit.ly/12HhD6f