Extraña es la sensación que me produce observar las enormes gotas que incesantemente se precipitan sobre el áspero terreno, desperdigándose a su vez en otras más pequeñas.
Mi explícita memoria aprisionaba mis estultos pensamientos que revolotean en mis atrofiados sentidos.
Mis labios reclaman el derecho que por sí les corresponde: el habla. Mi extraviado cuerpo clama el estatismo de mis piernas, más ninguna de las dos cosas puedo remediar…
Mis pensamientos fueron cortados violentamente…
—Mira, Juan, ese es el que traicionó a mi General Villa. Lo colgaron sin piedad, pero yo creo que deberían haberlo hecho sufrir antes de matarlo, ahora ya no recibirá castigo alguno.
—Pos, quien sabe hermano, a lo mejor se esta quemando entre las llamas del meritito infierno.
La tormenta era llovizna…
Mi cuerpo humedecido goteó sobre el lodoso suelo que jamás volveré a pisar.
José Liberty
fuente: http://minisdelcuento.wordpress.com/