¡Si, eso es! ¿Cómo no lo había pensado antes? Yo gastando en médicos tras la solución, cuando lo que sucede es que la niña dejó de serlo y por eso está tan teñida de rojo. El equivocado del especialista seguirá insistiendo que fueron los lentes de contacto quienes me atrofiaron las glándulas lagrimales, dejándome los ojos propensos a irritaciones, ¡bah!
Jaime Adolfo Muñoz Torres
fuente: http://minisdelcuento.wordpress.com/