ELLA y yo nos encontramos una noche en una cafetería.
Nunca antes nos habíamos visto, y al poco tiempo ya vivíamos juntos. El piso no tiene más de cincuenta metros
cuadrados, pero una mañana no nos encontramos a la hora
del desayuno, como era habitual; tampoco en el comedor,
sentados en nuestras sillitas de mimbre. Hace tiempo que
no coincidimos. Ella habita entre el televisor y el dormitorio,
y yo me siento tranquilo a la mesa de trabajo. Algunas
noches, cuando todo está a oscuras, y nada parece perturbar la quietud de la casa, creo ver una luz en la ranura de la
puerta. Quizá es ella, que trata de comunicarse conmigo
por medio de sombras y contraluces. Entonces yo hago por
llamar su atención desde el otro lado del pasillo y prendo
fuego a mi papelera.
Juan Gracia Armendariz
fuente:http://bit.ly/Z9X8yi