“Ahhh… ya he conocido el mundo”, se dijo una hormiga, al cabo de su recorrido por una nervadura, de una hoja, de una rama, de un olivo, de un bosque, de un país plagado de árboles.
Dijo eso la hormiga y regresó a su casa en paz con su alma, para no volver a salir jamás.
Rafael Mondón.