Primero se escuchó el chillido agudo de un gato, luego Papá Noel consiguió deslizarse por la chimenea de la casa pobre. El niño, que a penas había oído hablar de la Navidad, y mucho menos de Papa Noel o Santa Claus, agarró el hacha de su padre y se defendió, porque en su desdichada vida siempre lo habían atacado.
Segunda mención en el concurso del mes de Diciembre 2010 http://minificciones.com.ar/.
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